Paco Lagares

Concha Hermano. EPANALEPSIS. UNA TRAVESÍA DE ALEGORÍAS

“Epanalepsis”

Una travesía de alegorías

La exposición actual de Paco Lagares es el testimonio de una entidad incuestionable en la realización del dibujo clásico  -disciplina que desde el Renacimiento ha dado grandes maestros- y es también un excelente autor de insignes relieves y nobles esculturas de influencia ancestral.  Su obra más reciente alcanza un corpus inédito de dibujos, esculturas objetuales y objetos escultóricos que ponen de relieve una autoría sobresaliente en el universo alegórico del arte contemporáneo actual.

La conciliación estética de su magna obra vinculada a un lenguaje plástico y visual rico en elocuencia favorece con refinamiento exquisito el estilo propio de un autor en plena madurez con una trayectoria de casi medio siglo de entrega y compromiso consigo mismo y con el mejor arte.

La obra de Paco Lagares posee el cuño de una excelsa evolución artística fiel a su credo, que emerge en los inicios de su estancia en Roma en los 70, una etapa que marca el continuum de un discurso plástico y estilístico legendario a lo largo de su carrera. Ahora en el siglo XXI el autor expone por primera vez en el Palacio de la Madraza un compendio de su obra más sublime, poética, culta y elevada en esta travesía de alegorías del ser.

Epanalepsis, palabra griega que significa duplicación, es el título elegido para la presente exposición que en el contexto artístico de la obra de Paco Lagares sugiere la idea de representación cíclica de unos signos plásticos y visuales que en distintas épocas, aparecen y desaparecen. Con esta figura retórica resume la coherencia de un planteamiento formal que asienta la potestad de unos códigos académicos adecuadamente estructurados.

El discurso de la presente muestra de Paco Lagares es un canto al silencio, silencio que se hace visible en el blanco nítido de las suites de dibujos de ramitas, hojas y flores plasmadas en grafito o tinta sobre papel artesanal que configuran delicados murales de composición formal y otros ejercicios de libertad artística. Profundo silencio que también coexiste en los objetos y relieves escultóricos rodeados de una atmósfera detenida e inquietante.

Acorde con la percepción espacial una sucesión de pinturas de nueva figuración del catálogo Metáforas y Metonimias, representa una serie de bellos jardines de pequeño formato realizados con témpera acrílica sobre tabla. Estas fascinantes piezas de libre ejecución conforman una brillante factura plástica de delectación paisajística coreada con una gama de tonos de amarillos, rojos, verdes o violetas que recrean un nuevo paradigma de Hortus Conclusus, un ideal del paraíso terrenal de sutiles sensaciones.

El predominio absoluto de la morfología y la materia se hace patente en la maestría del dibujo sobre papel, en la pintura, y en el conjunto de  su obra escultórica.  De las piezas en relieve destaca un extraordinario expositor de insectos modelados artesanalmente en gres y acabados con la técnica del rakú, que constituye un claro ejemplo de la voluntad del autor por la búsqueda del máximo rigor en la relación materia, forma, y estética.

El hilo conductor de la obra objetual y escultórica de Paco Lagares conecta con pasajes de la historia antigüa, de la literatura clásica y la mitología griega. En este sentido el autor se apropia sabiamente del significante de algunas leyendas ancestrales para fundar sus obras y erigir sus esculturas. Con  estas condiciones surge la original réplica de la columna de San Simeone que intervenida por el autor exhibe en la cima del capitel la figura de un hombrecillo leyendo un libro en alusión al valor de la cultura y también parece invocar el hábito de un retiro aislado del mundanal ruido.

La síntesis de la obra de Paco Lagares está dotada de dualidades y de pluralidad de significados. Así lo muestra la sutileza de la pieza titulada “Judit o Salomé” que cuestiona el significado de una pequeña poderosa figura femenina desnuda. Figura bañada con una pátina plateada que otorga brillantez absoluta a la imagen que sostiene en una mano una gran aguja que atraviesa la diminuta cabeza de un hombre.

Todos los recursos estéticos justifican el proceso de creación de este gran artista clásico que investiga con dignidad el modo de conferir a su obra de un enfoque virtuoso coherente con su concepción ideográfica y de este modo alcanzar la nobleza de la expresión plástica.

Las composiciones alegóricas de Paco Lagares requieren la potestad de una poderosa reflexión que apunta a la puesta en valor de unos ideales de perfección en virtud de la elección de unos elementos simbólicos exactos y fieles a la concepción del objeto escultórico previamente imaginado.

Existe una perfecta sintonía entre la materia natural de la ramita seca, el pedestal de madera, el símbolo del cordero, y el rigor que precisa la elección de la escala cromática brillante del pan de oro en la base del Ara Pacis, en homenaje a las gestas del Emperador Augusto.

Otra de las obras maestras de la exposición que nos cautiva con el título “Hombre ensimismado conversando con él mismo”, saca a la luz una de las facetas artísticas productivas del autor que subraya su experiencia en la realización y la escenografía de piezas teatrales. La narración expresada a través del diálogo imaginario entre las figuras representadas en la pieza y una espléndida composición escénica reproducen la atmósfera inerte en este retrato de soledad que recuerda los cuadros de Edward Hopper.

La concepción filosófica de las composiciones de Paco Lagares cobra una dimensión inestimable que consigue la materialización de unos absolutos valores de percepción estética en virtud del manejo magistral que ostenta el autor jugando con la tridimensionalidad de los objetos en una variación del collage plano. El amplio conjunto de las obras tridimensionales creadas con el ensamblaje de elementos simbólicos y objetos cuidadosamente adoptados patrocinan un universo alegórico particular de una plástica visual de gran belleza y armonía espacial.

La supremacía de la exposición de Paco Lagares vinculada a las claves de un estilo pletórico de contenido elocuente le hacen merecedor de una categoría superior en el género atemporal del arte. El tiempo, ese aliado en la consagración de las obras de arte hablará de su trascendencia.

 
 

Concha Hermano.  Comisaria de arte.

Granada, a 19 de febrero de 2014