Paco Lagares

Antonio Carvajal. PIEDRA EN RAMA

 

PIEDRA EN RAMA

 

Donde otros pisan ebriedades, forma buscan

mis variadas concreciones y hallan sombras

con que fijan la luz y nombres que me dicen.

No piedra sólo: rubí, granate, diamante,

granito o serpentina o pórfido o zafiro,

desde el agua hasta el fuego, y más: humanos huesos

que a pasiones y sueños y ciencia sonoro

cuenco donde se alojan son o leve cauce

a más sombra y más luz, y siempre dibujadas.

 

Para dejarse ver los altos aires buscan

mis múltiples concreciones y elevadas sombras

que, linderos de la luz, me nombran: soy ramo

frondoso y pámpano retorcido que ofrece

la posible ebriedad que pisarán los hombres,

un día a mis umbrías acogidos, otro

día feroces podadores porque brasa

me quieren u ornamento de sus frentes

cubiertas de mi gloria y siempre dibujadas.

 

Yo, que os dibujo, puedo confundiros, puedo

lignito hacer del pámpano, ofrecer soporte

al aire que se quiere pájaro o mirada

en las aglomeradas calizas que el agua

transporta a nueva luz entre las húmedas sombras.

Y soy el cuenco de la ebriedad, la gozosa

linfa que os hace ser y que al ser os trasciende,

piedra o rama con pájaros y flores y alta

concreción de mi sueño, y siempre dibujadas.

 

Fuimos sin ti, sin ti seremos. Dibujadas

por ti, nos somos más, pues que tu mano logra

del tiempo arrebatarnos, echarnos al viento

como un vino que otro comensal en su crátera

recogerá: copa de naranjo o de jade

o limpio vidrio jugarán a sombra o luces

con el vino de tu sudor y de la aurora.

Pero yo no puedo ser sin vosotras, piedras,

ramas, que mis manos con ojos siempre buscan.

 

Antonio Carvajal

Motril, 17 de enero de 2014